domingo, 29 de enero de 2012

"Entre tu y yo era invierno y faltaban varios meses todavía.
Se escondía marzo tras los muros y el amor era un futbolista brasileño experto en el regate, que fintaba y nos hacia tropezar torpemente. Pero hubo desalojo inmediato, sacamos a rastras al malhumor de nuestras casas y comenzamos a escribir mensajes en lugar de borrarlos, y el zapato de cristal resultó ser mío y todo se convirtió en una fábula; y los dos, embobados, nos hinchamos a perdices y a follar y todas esas cosas que dicen que no se deben contar en un poema. En resumen: que me muero por tu boca, que te mueres por mis ojos" Marwan.


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